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Preciosismo (pintura)

Exhibición de La vicaría de Mariano Fortuny en 1922, a su llegada a Barcelona, donde Joaquín Folch y Torres, presidente de la Junta de Museos, la convirtió en el núcleo del futuro Museo Nacional de Arte de Cataluña.[1]
Fotografía de José Llaneces en su taller, ante un típico tableautin preciosista o de casacón, ya enmarcado y dispuesto para su colocación en cualquier "gabinete" de una casa particular (1909).

Preciosismo es la denominación de un estilo, moda y género artístico propio de la pintura española de la segunda mitad del siglo XIX, dentro del periodo que, genéricamente, se suele considerar como pintura del Realismo en España.[2][3][4]

No hay que confundirlo con el Preciosismo, un movimiento social y cultural de la Francia del siglo XVII.

En la crítica e historiografía del arte español, los términos "Preciosismo" y "preciosista" se utilizan para designar un estilo o tendencia presente, entre otros (historicismo, orientalismo, neobarroco)[5][6]​ y mezclado con ellos (también se utiliza el término "eclecticismo"), en la pintura española, vinculados especialmente a Mariano Fortuny. Se caracteriza socialmente por el gusto burgués, temáticamente por el costumbrismo (o "pintura de género") y la pintura de casacón (o "costumbrismo histórico", ejemplificado en las casacas de los siglos XVII o XVIII); y técnicamente por los acabados detallistas (aunque en ese aspecto hay en las fuentes poca concreción a la hora de señalar características, utilizándose expresiones como "pincelada preciosista" o "técnica preciosista").[7]​ La preferencia por formatos reducidos hace que las obras preciosistas se asocien con el término francés tableautin ("tablita" o "cuadrito" -sea el soporte tabla o lienzo-) y la expresión española "pintura de gabinete" (que se puede remontar al siglo XVIII). Es habitual ejemplificarlo con la obra de 1868-1870 La vicaría, de Mariano Fortuny (60 x 93,5 cm). Fortuny había sido introducido por Eduardo Zamacois, seguidor del pintor francés Jean-Louis-Ernest Meissonier (que venía produciendo obras de ese estilo), en el círculo del marchante Adolphe Goupil (que llevó al pintor español a un gran éxito de clientela). Mariano Fortuny sería por tanto a la vez seguidor y superador de esa corriente.[8][9][10][11][12][13]

También, pero menos frecuentemente, se aplica el adjetivo "preciosista" a la pintura de otras escuelas nacionales.[14]​ No obstante, para la pintura francesa (y también para la española o la de otros países) se suele emplear como etiqueta de género el término francés tableautin.[15]

  1. Mariano Fortuny y el cuadro españolista preferido por Cataluña - El mito del pintor de Reus fue utilizado en vida como gloria nacional española y a su muerte por la catalana, mientras él vendía toda la obra en el extranjero. El Español, 9 de octubre de 2017: "El tres de junio de 1922 se pone en marcha la construcción de un mito catalán cuya única patria y bandera fue el dinero. Ese día llega a la estación de Barcelona el director de la Junta de Museus de la ciudad, Joaquim Folch i Torres, y trae de París un cuadro llamado a ser el origen de “un Museo que dejase patente de manera admirable la cultura artística catalana presente y pretérita”. La fama de La Vicaría hizo del cuadro de Mariano Fortuny y su compra un asunto de Estado. El lienzo fue adquirido en subasta por Daniel Carballo y Prat, III Conde de Pradère, en 1912, por 250.000 francos. La marquesa de Landolfo-Carcano tenía entonces 81 años y La Vicaría, 42, y necesitaba cash. El precio se disparó gracias a la presión de los medios y de las autoridades, que convirtieron al cuadro en “la reliquia más preciada del nacionalismo”."
  2. Maestros del siglo XIX, colección Pedreira Martínez: "La pintura el Siglo XIX se organiza, desde un criterio academicista en tres grandes períodos. Primero el Neoclasicismo y Romanticismo. Después y de manera gradual vendría el Realismo, Costumbrismo, Preciosismo y la Pintura Histórica. Finalmente cerraríamos el Siglo con el Impresionismo y Postimpresionismo. Sin embargo, es difícil encasillar a los pintores españoles y particularmente a los de finales del siglo XIX en una tendencia artística concreta. Los artistas no pertenecen a una escuela o estilo puro sino que reciben influencias de otras corrientes. Las novedades llegan tarde y el gusto por el costumbrismo, el regionalismo y la temática localista continua. Todos ellos completan su formación en Roma y pasan temporadas en París, capital del arte en contacto con las nuevas tendencias artísticas y la bohemia. La mayoría parten del Romanticismo y del Realismo, el Impresionismo llega tarde y se prolonga en los primeros años del siglo XX, suelen tender a una técnica “contaminada” al recibir influencias de otras corrientes como Postimpresionismo, Simbolismo, Modernismo, etc."
  3. Museo de Belas Artes da Coruña, Catálogo - Preciosismo y simbolismo. Pintura valenciana (1868-1940), 2001, ISBN: 84-453-3052-7
  4. Museo Carmen Thyssen de Málaga, Preciosismo y pintura naturalista - La Pintura Preciosista Española de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza (exposición), Valencia 1999 - - Brígida Gallego, Viaje al preciosismo español, Ideal de Granada, 28 de marzo de 2009: "pintura preciosista, propia de la escuela española en Roma. Luminista, recargada, llena de detalles y de luz." - Cuarto de Maravillas: "La colección de pintura de Carmen Thyssen-Bornemisza es el reflejo de los gustos de su creadora y muestra una gran coherencia, abarcando los géneros que protagonizaron la pintura española del siglo XIX, especialmente la andaluza. Se expone en un palacete renacentista estructurado en dos plantas en torno a un patio de galerías y arcadas y cubierto por una montera. ... La primera planta está dedicada al preciosismo y la pintura naturalista. El primero viene de la mano de Mariano Fortuny, que cultiva con gran éxito entre la cada vez más numerosa burguesía la pintura de pequeño formato, de tema amable y con mucho cuidado por los detalles más ínfimos con gran alarde técnico. En relación al paisaje destaca Carlos de Haes, que hace evolucionar el género frente a la subjetividad romántica, defendiendo la interpretación realista y del natural, e incorporando el mar, con lo que cobran gran importancia las ciudades portuarias. Serán nombres destacados Ignacio Pinazo Camerlench, Vicente Palmaroli, Raimundo de Madrazo y Garreta, José Benlliure, José Moreno Carbonero, etc."
  5. Carmen Moreno, Preciosismo y exotismo oriental: "... tradicionalmente marginada debido a su carácter comercial... durante la segunda mitad del siglo XIX, un período en el que abunda la literatura de viajes y las consecuencias del colonialismo europeo. ... sed de aventuras y exotismo en las clases burguesas, que demandarán este tipo de arte para nutrir colecciones y salones. ... maestros nacionales del pincel como Fortuny, Tapiró, Fabrés o Lameyer, entre otros. Artistas internacionales compartieron el interés por aquella temática, como el propio Delacroix, Benjamin-Constant o Dehodencq... evasión frente a los cambios económicos y sociales que se estaban multiplicando en Europa. ... la mayoría de estos artistas jamás pisaron tierras orientales, sino que ingeniaron las más bellas creaciones dentro de sus talleres. ... La construcción estética que se alzó de Oriente, bajo el velo occidental, no deja de ser una excusa para la evasión y la embriaguez de los sentidos. Se calma así esa hambre de vivacidad y de placer visual con el empleo académico de hermosos colores y detalles preciosistas difuminados entre ese caos y desorden de la cotidianeidad árabe. A pesar de poder ser tachado de irrelevante por su carácter rápido y comercial, creado desde una serie de falsas concepciones presupuestas y buscando satisfacer a los nuevos ricos, lo cierto es que hay que observarlo con una mirada imparcial y notar, con atención, su atracción aun subyacente para nuestros sentidos."
  6. Álvaro Cabezas García, La pintura de casacones en España y América: una visión retrospectiva e idealizada del siglo XVIII, CSIC, 2018: "... Neobarroco... Neoclasicismo... Preciosista... El género de la pintura de casacón, o casacones, gozó de enorme desarrollo en Europa desde, aproximadamente, mediados del siglo XIX hasta la I Guerra Mundial. Nacido en Francia gracias a pintores como Jean-Louis-Ernest Meissonier, alcanzó preponderancia durante el Segundo Imperio cuando los interiores domésticos de las familias burguesas se dotaron de lienzos o tablas de pequeño formato que tenían como denominador común la representación de escenas protagonizadas por personajes ataviados con esta prenda. ... En España fue el catalán Mariano Fortuny el impulsor principal de esta tendencia que, englobada y comprendida en su propio medio y contexto histórico, responde a un movimiento cultural que pretendía la recuperación del pasado..."
  7. Katharina Heinz Fernández y Eva Pérez Marín, APROXIMACIÓN TÉCNICA A LAS TABLITAS DEL INSTITUTO GÓMEZ-MORENO. PINTURA SOBRE TABLA DECIMONÓNICA: "... la amplitud del término [tablita], utilizado no solo para describir cuadritos preciosistas y acabados sino también apuntes de taller o al natural; además de informar de la variedad temática (motivos costumbristas, a florales, retratos, paisajes urbanos y rurales o marinas) y de estilos, dada su utilización por pintores románticos, academicistas, naturalistas, impresionistas, etc…" - Juan Carlos Ruiz Sousa, Los hijos del pintor en el salón japonés, en CVC, 3 de febrero de 2009: "Junto a la técnica preciosista y en gran medida impresionista que caracteriza las obras de Fortuny, llama la atención la atrevida composición de la pintura. En la pared del salón utiliza de nuevo un fondo claro e indeterminado, al igual que en las tapias encaladas de sus obras marroquíes, para centrar y dirigir la atención del espectador sobre los personajes y objetos que le interesan al pintor. Pero hay algo más en esta pintura que podría llevarnos incluso al propio Velázquez. Además del valor intrínseco que siempre obtiene de los fondos neutros, el carácter apaisado del lienzo y la estrecha franja en la que se disponen los personajes..." - Consellería de Cultura de la Generalitat valenciana, El Museu de Belles Arts de València incorpora 70 obras de reconocidos artistas en las nuevas salas de su colección permanente dedicadas al retrato y al paisaje del siglo XIX, 02/11/2023: "Mariano Fortuny Marsal fue el gran precursor de la renovación pictórica en España que afectó a todos los géneros en el cambio de centuria. Su tratamiento minucioso del color, la pincelada preciosista y el sutil empleo de la luz, unidos a una factura deshecha y abocetada, anticiparon la modernidad del siglo XX." - Voz Armet Portanell, José en la Enciclopedia de la web del Museo del Prado: "Su obra [-la de José Armet-] se incluye dentro del paisajismo realista catalán con influencias romanas por su técnica preciosista." - Juan Carlos Ruiz Souza, Martín Rico Ortega, en CVC, 4 de noviembre de 2008: "... entra en contacto con el genial maestro catalán, Mariano Fortuny, con el que mantendrá una fecunda amistad a lo largo de toda su vida; a modo de homenaje creó junto a Raimundo Madrazo en 1878, cuatro años después del fallecimiento del pintor catalán, el célebre Salón Fortuny en la exposición Universal de París. De él aprenderá el preciosismo técnico de su pintura, así como el gusto por el «orientalismo»... La sutileza de la gama cromática, la precisión del dibujo, la luz que baña inexorablemente toda la escena y la técnica preciosista de los pinceles..." - Roberto Díaz: Aureliano de Beruete en Colección Banco de España: "En sus obras [-las de Aureliano de Beruete-] se percibe el interés por captar las cualidades atmosféricas y los efectos lumínicos, que transforma desde una técnica de pincelada preciosista y minuciosa hasta una más suelta y fluida en sus obras de comienzos del siglo XX, posiblemente por la influencia de su amigo el pintor valenciano Joaquín Sorolla." -Fortuny y el esplendor de la acuarela española en el Museo del Prado (exposición 2011): "destaca la preciosista Vista de Alcalá de Guadaira de Martín Rico". Ficha de la obra citada: "Esta es una de las primeras acuarelas que Rico hizo allí, y una de las de mayor calidad por su extraordinaria delicadeza. Debe de corresponder a marzo de 1872... Tras el contacto con Mariano Fortuny, gran maestro de esta técnica, el pintor se esforzó en obtener todo el partido de un cromatismo fresco y de una ejecución minuciosa y cuidada, sin paralelo con otros ejemplos del paisajismo acuarelista español."
  8. Reseña de la exposición citada en El País, 18 de octubre de 2006: "Eduardo Zamacois (Bilbao, 1841-Madrid, 1871) alcanzó en su corta vida el éxito internacional como pintor, pero tras su muerte poco a poco fue cayendo en el olvido. El Museo de Bellas Artes de Bilbao quiere reconocer su trabajo con la primera exposición antológica dedicada a su pintura preciosista, con sus escenas de costumbrismo histórico, sus príncipes y sus bufones."
  9. Vicente Camarasa, Fortuny, un pintor de varias caras. Los cuadros de casacón, en El Señor del Biombo, 9 de diciembre de 2013: "Se trataba de escenas que podíamos enclavar en el romanticismo tardío (cercano a la pintura de historia) en paso a un realismo altoburgués que busca una representación idealizada de esta burguesía de la Segunda Revolución Industrial que busca una imagen propia (entre el mundo galante del rococó y las novedades del romanticismo y realismo) y que culminará (al menos estéticamente) en la pintura pompier de finales del XIX. Se denominan de "casacón" por sus enormes casacas (vestido de moda en el XVIII) que le separan de majos, toreros y otras clases populares. Su producción se vincula directamente con el gran marchante de Fortuny, Goupil, que a la vez que le vendía estos cuadros a unos precios cada vez más exorbitantes, le iba encerrando en ellos, asfixiando las capacidades de sus pinceles. De toda su producción, destaca especialmente la llamada Vicaría. Un cuadro que hunde sus raíces en la pintura clásica española (desde Velázquez a Paret pasando por Goya), con una extraordinaria capacidad para sugerir los espacios interiores. Destaca también su pincelada detallista pero sumamente vívida que caracteriza en sus brillos en la penumbra las calidades de sus objetos (su riqueza), aquellos vestidos y joyas que portan personajes con poca vida interior (casi maniquíes para la exposición)". - Guillermo Juberías Gracia, Frailes, majos y manolas: nuestra pintura de casacón y su éxito en el París decimonónico, 2018. - Virginia Tovar Martín, El realismo preciosista: Fortuny y el fortunysmo, en Artehistoria: "Su primer contacto con la capital italiana -según él, "un cementerio habitado por extranjeros"-, sería, en cierto modo, decepcionante. Se encontró con el nazarenismo aún en boga de Overbeck y de Cornelius; un modo de hacer que a Fortuny le parece pasado de moda, a pesar de considerar a dichos autores como grandes hombres, y que le hacen buscar algo diferente, un lenguaje nuevo, más vital y colorista. ... su contacto directo con el norte de África le descubrió, junto a las posibilidades plásticas que brindaban los sucesos bélicos, un escenario pleno de exotismo y colorido. Esta nueva visión le hizo cambiar su concepto de la pintura, ejercitándose desde el primer momento en la ejecución de apuntes rápidos, donde, a base de toques luminosos, dejaba la impronta del movimiento. ... también se interesó por los aspectos cotidianos y las escenas callejeras, coleccionando armas, tejidos y objetos antiguos musulmanes, a fin de reproducirlos con detalle en sus cuadros. De regreso a Roma, después de una segunda estancia en Marruecos en 1862 y ya dotado de una técnica vigorosa y colorista, Fortuny se convierte en la figura central de la colonia española allí residente, relacionándose sobre todo con Agrasot, Moragas, Martín Rico, Ferrándiz y Zamacois. Sería precisamente este último, seguidor de Meissonier, quien le pone en contacto con Adolphe Goupil, un conocido marchante que repara en el genio de Fortuny y en las posibilidades comerciales de su obra, influyéndole para que cultive un género muy de moda por entonces en Francia: el tableautin. Se trata del cuadro de gabinete de pequeño formato, de factura minuciosa y detallista, de ejecución depurada y evocador de temas relacionados con la época dieciochesca, temas que se han identificado con el término de casacón, rememorativo de las indumentarias y del ambiente refinado y alegre del ancien regime, que tanto entusiasmaba a la burguesía novecentista. Fortuny aporta a esta corriente una fina sensibilidad colorista, una ejecución vibrante y los efectos de su pasión por la luz. Su obra maestra en este campo es La vicaría (Barcelona, Museo de Arte Moderno), realizada entre 1868 y 1870, tema inspirado en los trámites de su propio casamiento, celebrado en 1867 con Cecilia de Madrazo, pero que plasma en estilo goyesco, y para el que posarían sus cuñados Isabel y Ricardo de Madrazo y el propio Meissonier."
  10. Juan Carlos Ruiz Souza, Tableautin y mercado del arte, en CVC: "Fortuny también se vio inmerso en el mercado. En los años sesenta del siglo xix, precedido del éxito conseguido en Roma, entró en contacto con el famoso marchante Adolphe Goupil quien a cambio de lanzarle al estrellato parisino marcó parte de su producción, al limitar su libertad en pos del interés comercial. Por ello realiza, con resonado éxito, pinturas costumbristas y militares de carácter dieciochesco de pequeño formato, conocido como el género del tableautin y del «casacón», por la reiterada utilización de modelos militares, popularizado por Jean-Louis-Ernest Meissonier (1815-91). Goupil inauguró un hôtel en la rue Chaptal de París en donde trabajaban e incluso se alojaban los artistas promocionados por él. Goupil significaba marketing, éxito y la introducción de los artistas, y su producción, en el seno de la sociedad parisina. En el hôtel de Goupil se organizaban exposiciones y ventas, e incluso se editaban estampas que difundían el arte que le interesaba. Allí, en la primavera de 1870, Mariano Fortuny presentó algunas de sus pinturas ante el reconocimiento y entusiasmo de la crítica, que vio en su Vicaría una obra excepcional. Pero Fortuny fue mucho más allá y no se quedó encorsetado en el mercado."
  11. Enrique Lafuente Ferrari, Breve historia de la pintura española, 1987, tomo 2, pg. 115: "... preciosismo fortunysta que se deja ver, sobre todo, en sus vistas de Venecia..." - E. Casado Alcalde, Sobre el preciosismo en la pintura ochocentista, A. E. A. nº 124, 1981, utilizado como fuente por Manuel Bendala Galán, Manual del arte español, pg. 840: "Fortuny... preciosismo de las superficies".
  12. Wifredo Rincón, citado en Real Academia de la Historia, Isabel la Católica y el arte pg. 164: ("Pradilla... entendió el preciosismo de la pintura romana del momento") - Ana María Preckler, El costumbrismo realista. El preciosismo burgués Mariano Fortuny, en Historia del Arte Universal de los Siglos XIX y XX, pg. 277 y ss. - Italia dedica una exposición al preciosismo español de Fortuny (exposición de 1998) - Javier Costa Clavell, Fortuny, 1973 :"Fortuny, con su pintura histórica, preciosista y decadente, parece encarnar plácidamente los cortos ideales de la burguesía española de la época".
  13. Véase el comentario de este notable ejemplo de tableautin, coincidente en técnica y formato con lo típico del estilo (óleo sobre tabla, 13 x 19 cm), en este caso de tema orientalista. Ficha de Marroquíes, de Mariano Fortuny, 1872-1874, en la web del Museo del Prado: "El título Souvenir du Maroc con el que esta obra figuró en la Exposición Universal de París de 1878 evidencia su origen: el viaje que Fortuny hizo a Marruecos en octubre de 1871 con los pintores Bernardo Ferrándiz y José Tapiró. Esa estancia, aunque corta, fue muy sugestiva para el artista. ... En la composición definitiva del Prado, muy sencilla, las diferentes figuras se recortan sobre un muro encalado, recurso habitual en Fortuny, que encuentra aquí su representación de mayor calidad. ... La pintura, de empaste consistente y apretado, revela ricas calidades en todas las superficies. El artista, amante y coleccionista de armas, que incluso llegó a cincelar él mismo en esta época, representó aquí con maestría la espingarda, el pomo de la espada y el tahalí del alfanje. Las telas están tratadas con mucha habilidad y sin preocupación por la minucia a través de ricos empastes. Destaca la destreza del pintor en la captación de los efectos de la luz sobre la tapia a pleno sol, motivo que le interesó mucho desde su época romana y, especialmente, en las obras pintadas en su casa de Granada en el verano de 1872. En la parte superior del muro el artista utilizó recursos muy variados, como el empleo de la contera del pincel, las pinceladas restregadas con el color más seco y otras más fluidas para la sombra del arma, por lo que consiguió una extraordinaria calidad en las texturas además de una gran riqueza cromática. Llegó a colorear las sombras, como se percibe en la del caballo y la de la espingarda, esta de bordes azulados cuyo trazo, ligeramente ondulado, evidencia las irregularidades del muro"
  14. Por ejemplo en este comentario de esta obra de Edgar Degas (Intérieur (la violación), 1869 -Andrea Fischer en HA!-): "... la pintura costumbrista había visto su renacer: el preciosismo y la prevalencia del detalle minucioso parecían encontrar nuevamente su epítome entre las preferencias de los artistas de finales del siglo XIX". - Camilo Rodríguez, El movimiento anti-Renoir, en Nexos, 5 de abril de 2017: "excesiva sutileza, refinamiento y perfección estilísticas. ... Podríamos admitir que el preciosismo de la pintura de Renoir y su voluntario descuido de la composición son cuestionables si se comparan con algunos de sus contemporáneos como Paul Cézanne, quien llevó la presencia de la luz casi hasta la desfiguración (o re-figuración) de los objetos, lo cual fue precisamente uno de sus aportes revolucionarios al arte moderno y fue por ello considerado precursor del cubismo. No obstante, el propio Renoir admitió que su pintura no pretendía alcanzar un ideal de lo bello sino más bien algo agradable y simpático a los ojos (“l’aimable et le jolie”). En sus propias palabras: “para mí un cuadro debe ser una cosa amable, alegre y bonita, ¡sí, bonita! Hay bastantes cosas fastidiosas en la vida para que nosotros fabriquemos todavía otras más”." - Véanse las obras de Charles Édouard Delort, Auguste Loustaunau y Ernst Müller Zschoppach (por ejemplo, Interior rococó, 1877).

    Es evidente la pertenencia al género (por factura, tema, formato, cronología, etc.) de estas obras de Charles Bargue (que también visita el género orientalista):

  15. Ricardo Gómez Campuzano, El tableautin: esos curiosos cuadros pequeños, 4 de diciembre de 2009: "Cuando Ernest Meissonier... comenzó a mediados del siglo XIX a realizar sus “grandes obras” anecdóticas de carácter histórico y militar en lienzos y tablas de pequeñas proporciones y factura preciosista deliberadamente en contra de los formatos monumentales, (habitualmente usados para estos temas), acabó dando origen a un género y a una moda que por sus dimensiones y factura recibió en Francia el nombre de Tableautin (cuadrito). Esta palabra, más allá del tamaño, corresponde específicamente a escenas de costumbres realizadas con extremo detallismo con pinceles muy finos. En España, los seguidores del tableautin lo bautizaron “pintura de casacón” o “pintura de casacas” haciendo alusión a la vestimenta de los personajes de época en ella retratados. Parece que el género del Tableautin y el gusto por las escenas militares lo desarrolló Meissonier mientras acompañaba a Napoleón III en la campaña italiana de 1851 [sic, 1859, la segunda guerra de independencia italiana-] en una doble función de reportero gráfico y oficial de campo. Un ojo especialmente dotado para el detalle microscópico, junto a una inusual precisión en el dibujo, le permitieron la creación de obras de singulares características y de fácil transportación en las difíciles circunstancias de una campaña militar. El éxito comercial acompañado de los altos precios alcanzados rápidamente por Meissonier y la aceptación de este tipo de obra por parte de la nueva burguesía parisina, llevó al marchante Adolphe Goupil a buscar en el pintor español Mariano Fortuny y en sus seguidores continuadores de la obra de Meissonier, al punto que hicieron de ella un género independiente. ... el artista catalán había desarrollado el género al pintar con el tableautin temas orientalistas, escenas urbanas, interiores de iglesias, vistas de patios y paisajes andaluces además de los temas dieciochescos despojándolos aparentemente de consideraciones políticas, teológicas, morales o pedagógicas. Todos esos temas pintados bajo la tutela de la luz real y las nuevas teorías del color que presagiaban los mejores logros lumínicos del impresionismo y del placer de la pintura por la pintura misma. En ese acercamiento de la pintura a la verosimilitud, a la imagen de lo real, sumado al alejamiento de toda teoría política o moral, surgieron posteriormente a Fortuny, Messonier, y al impresionismo diferentes tendencias y movimientos como el llamado Naturalismo muy en boga en París de 1870 a 1905 e internacionalizado alrededor del mundo a partir de los noventas por su imparto en los jóvenes artistas. De todas maneras el gusto burgués por los temas dieciochescos y los cuadros de costumbres sobrevivió hasta la tercera década del siglo XX en zarzuelas. ... Este uso superficial de la técnica realista para dar verosimilitud a las escenas representadas (objetivismo, luminismo, preciosismo, exactitud de los detalles, instantaneidad), pero sin incurrir en ninguna provocación moral y olvidando aparentemente el compromiso social ya que había que adaptarse a los gustos del mercado, (compuesto por clases medias burguesas), fue llamado en 1956 despreciativamente Realismo Burgués y Realismo de Clase Media por el famoso crítico marxista Georg Lukacs en su ensayo “La ideología del modernismo”."

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